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Freud y la cocaína, Freud y las drogas

Cronología de Freud y de la cocaína

  • 1565 Nicolás Monardes (1507-588) publica la primera descripción de la coca en Europa.
  • 1855 Gardeke extrae un alcaloide al que llama erythroxylon: es la primera vez que se aísla la cocaína.
  • 1856 Nace Freud en Moravia, el 6 de mayo.
  • 1858 La expedición de la fragata Novara da la vuelta al mundo y a su regreso lleva hojas de coca a Europa.
  • 1859 Mantegazza ensalza las virtudes de la coca.
  • 1860 Albert Niemann describe la operación que permite aislar un alcaloide de la coca, y lo bautiza con el nombre de cocaína.
  • 1862 Schroff da cuenta del efecto insensibilizador de la cocaína en la lengua.
  • 1880 La cocaína es incluida en la lista oficial de drogas de la farmacopea de los Estados Unidos.
  • 1880 Von Anrep informa sobre la acción de la cocaína en los animales.
  • 1880 Bentley y Palmer informan acerca del tratamiento del hábito de la morfina por medio de la cocaína en la Detroit Therapeutic Gazette.
  • 1883 Theodor Aschenbrandt cuenta sus experimentos en la aplicación de la cocaína a los soldados. Freud lee su artículo.
  • 1884 En abril Freud escribe a su prometida: "ahora juego con un proyecto". Ha leído los informes norteamericanos y ha quedado impresionado por el artículo de Aschenbrandt.
  • 1884 El 30 de abril Freud toma cocaína por primera vez.
  • 1884 En mayo Freud empieza a tratar a su amigo Ernst von Fleischl-Marxow, adicto a la morfina, con cocaína.
  • 1884 El 19 de junio Freud escribe a su prometida para decirle: "ayer noche terminé 'Über Coca'".
  • 1884 Se publica "Über Coca", primer artículo de Freud sobre la cocaína.
  • 1884 Carl Koller, colega de Freud, prueba la cocaína en el ojo de las ranas y en el ojo humano, y descubre la anestesia local.
  • 1884 El 15 de septiembre Joseph Brettauer lee el artículo de Koller en el que se describe la anestesia local ante la Sociedad de Oftalmología de Heidelberg.
  • 1884 En octubre Koller y Königstein presentan artículos sobre la anestesia local ante la Sociedad de Medicina de Viena.
  • 1884 Los meses de noviembre y diciembre Freud experimenta en sí mismo la cocaína.
  • 1884 En diciembre se publica una versión resumida del artículo de Freud, con el título de "On Coca" [Sobre la coca], en el St. Louis Medical and Surgical Journal.
  • 1884 El 6 de diciembre Hall y William Halsted informan que la inyección de cocaína en un nervio deja bloqueada la transmisión de las sensaciones, provocando así una anestesia local.
  • 1885 El artículo experimental de Freud "Contribución al conocimiento de los efectos de la cocaína" aparece el 31 de enero.
  • 1885 En febrero se publica una reimpresión en separata del artículo de Freud "Über Coca", con algunas adiciones respecto a la primera versión.
  • 1885 En marzo Freud da conferencias ante las sociedades Fisiológica y Psiquiátrica. La conferencia se publicará el mes de agosto.
  • 1885 En abril Freud valora la cocaína de Parke.
  • 1885 El 6 de abril Königstein opera al padre de Freud anestesiado por medio de la cocaína. Koller es testigo presencial de la operación.
  • 1885 Fleischl, que toma cantidades cada vez mayores de cocaína, sufre una psicosis tóxica con visión de "chinches de la cocaína" que avanzan a rastras.
  • 1885 Louis Lewin ataca las opiniones de Freud, que había afirmado que la cocaína no hacía ningún daño, y se opone a su utilización para el tratamiento de los adictos a la morfina. A. Erlenmeyer se suma también a los ataques contra la cocaína, a la que califica de "el tercer azote de la humanidad".
  • 1885 En julio Freud publica "Notas sobre el ansia de cocaína y el miedo a la cocaína". En este texto da algunos pasos atrás en relación con su anterior actitud respecto al carácter inofensivo de la cocaína.
  • 1888 Se publica The Sign of the Four, de A. Conan Doyle, y Sherlock Holmes se inyecta cocaína por vía intravenosa.
  • 1895 Freud toma cocaína y sueña en la inyección de Irma.
  • 1900 Publicación en alemán de La interpretación de los sueños, de Sigmund Freud.
  • 1903 La cocaína deja de ser ingrediente de la Coca-Cola.
  • 1904 Se descubre la procaína, nueva sustancia que produce anestesia local.
  • 1924 Se publica Phantastica, de Louis Lewin, el estudio más completo sobre las drogas que afectan la mente.
  • 1924 Se publica el Estudio autobiográfico de Freud, y su autor reconoce que fue Koller el descubridor de la anestesia local.
  • 1939 Freud muere el 23 de septiembre en Londres.
  • 1963 Primera publicación mundial de todos los artículos sobre la cocaína.
  • 1974 Renace el interés por la cocaína y los artículos de Freud son descubiertos otra vez.

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La relación de Freud con las drogas

No existe en la obra de Freud, a pesar del papel preponderante de la droga en sus comienzos profesionales, ningún ensayo detallado sobre el alcoholismo o la drogadicción, salvo sus estudios cuando era neurólogo.

En el año 1884 se produjo el encuentro entre Sigmund Freud y la cocaína, poco después de la introducción de esta droga en los Estados Unidos y Europa.

Comenzó a interesarse por sus propiedades y efectos, convirtiéndose en un ferviente usuario y defensor de la misma. Inició una serie de investigaciones experimentales sobre sus efectos en el hombre y trató de utilizarla para frenar la adicción a la morfina de un amigo suyo, Ernst von Fleischl-Marxow. Las consecuencias de estos experimentos y las ulteriores polémicas, le indujeron a abandonar sus investigaciones acerca de su acción sobre el sistema nervioso central, aunque podemos inferir por "La interpretación de los sueños" que todavía utilizaba la droga en el año 1895.

El singular encuentro de Freud con la cocaína ha sido ignorado por sus más importantes biógrafos, al punto de que Ernest Jones, su más conspicuo historiador, lo reduce a un simple episodio. Una cronología de Freud y de la cocaína nos permitirá situar el contexto histórico científico de este encuentro.

Así pues, el episodio de la cocaína resulta interesante no solamente cuando se considera el aspecto biográfico de la personalidad de Freud, sino también si se tiene en cuenta su influjo directo en el desarrollo del psicoanálisis.

Los tres estudios sobre la cocaína constituyen su primer encuentro científico con las neurosis y su primer fracaso terapéutico. Por eso merecen ser presentados amplia y detalladamente, aunque sólo unas pocas líneas en la historia de la medicina y la farmacología los recuerden.

"Über Coca / Sobre la coca (Julio de 1884)". En su apasionado artículo "Sobre la coca", el primero que escribió sobre este tema, Freud ofrece al lector una enorme cantidad de datos sobre la historia de la utilización de esta planta en Sudamérica, su exportación a Europa, sus efectos sobre los seres humanos y los animales, y sus múltiples usos en terapéutica. Incluye detalladas descripciones de las investigaciones realizadas por muchos autores. Ya en este momento aparecen algunos indicios que apuntan hacia las propiedades anestésicas de la droga y las esperanzas que en este sentido hace concebir, aunque no llegue a hablar de aplicaciones concretas.

El autor está en favor del uso de la coca y en algunos momentos se muestra casi entusiasta en sus alabanzas.

En la posterior adenda a este trabajo, Freud menciona el uso que Koller hizo de la cocaína para anestesiar la córnea en las operaciones oftalmológicas, práctica que desde entonces se hizo famosa.

"Contribución al conocimiento de los efectos de la cocaína (Enero de 1885)". En este artículo, a diferencia de lo que hizo en el anterior, Freud no trata de las reacciones subjetivas que produce la cocaína, sino de los efectos objetivos de la droga, medidos con aparatos que permiten cuantificar la energía muscular y el tiempo de reacción. Así, da todos los detalles de los experimentos que realizó con un dinamómetro y un neuroamebímetro.

Es interesante señalar que no explica los incrementos encontrados tras el uso de la cocaína como consecuencia de la acción directa de la sustancia en la musculatura, sino que los ve como resultado del bienestar general que produce, que -sólo secundariamente- mejora las facultades motrices.

"Anhelo y temor de la cocaína (Julio de 1887)". En este artículo, Freud defiende la cocaína contra los que la acusaban de ser peligrosa y creadora de hábito, de ser, en palabras de un médico alemán "el tercer azote de la humanidad", al lado del alcohol y la morfina. Freud cita sus propias experiencias y las de otros autores y sostiene que la cocaína sólo produce adicción entre aquellos adictos a la morfina que, durante intentos de cura de supresión, hacen mal uso de la cura, conservan su dependencia de la droga y simplemente cambian una substancia por otra, en este caso la morfina por la cocaína. En todos los demás casos se comprueba que la cocaína no forma hábito, puede administrarse libremente y, tras una utilización prolongada, puede provocar no tanto ansia de tomarla como aversión contra sí misma.

Por otro lado, Freud afirma que la utilidad general de la cocaína está limitada debido al factor de variabilidad de las reacciones individuales. Aparte del efecto anestésico, que se produce siempre, el resto de reacciones cambian según cuál sea el estado individual de excitabilidad y el estado individual de los nervios vasomotrices en los que actúa la cocaína.

Luego de las críticas recibidas por sus estudios de la cocaína y la confirmación de su fracaso terapéutico (no consigue su objetivo de curar a su amigo con la droga), decae su entusiasmo por la función de los medicamentos en la cura, dirigiendo su mirada hacia los métodos de Charcot (la hipnosis y la sugestión), para propiciar la curación, produciéndose un nuevo encuentro, ahora con la histeria. En "Histeria (1888)", Freud describe a la histeria como una anomalía del sistema nervioso: un cuerpo extraño perturba la estabilidad de la energía psíquica y crea un desborde en el nivel del cuerpo, concibiendo de esta manera a la histeria como una patología del excedente.

Este exceso en la histeria, Freud lo retoma en la relación entre el hipnotizador y el hipnotizado, cuando comienza a experimentar con los métodos de Charcot mencionados. Alerta sobre los puntos débiles del método debidos a la dependencia respecto del hipnotizador -a pesar de su utilidad en las perturbaciones neuróticas y en las desintoxicaciones-, dado que el riesgo es una adicción a la hipnosis.

En "La sexualidad en la etiología de las neurosis (1898)", para Freud la necesidad sexual se debía a la acción de sustancias químicas, semejante a la de los estupefacientes. Y aconsejaba en particular para el tratamiento de la neurastenia un desacostumbramiento de los hábitos masturbatorios. Ya en la "Carta 79" a Fliess sugiere que la masturbación es la primera adicción y que las otras, tales como el alcohol, la morfina, el tabaco, etc., sólo se incluyen en la vida como sustitutos de ella. Identificaba la sexualidad con una intoxicación, ya que a través de la absorción del supuesto tóxico se satisfacía una necesidad sexual. Lo sexual termina por ser considerado como un cuerpo extraño tóxico en esta época. En relación a la etiología de la neurosis de angustia hablaba de sumación de factores (cantidad e intensidad en un cierto lapso) y lo comparaba con los efectos del alcohol.

En la "Carta 55" a Fliess relaciona la dipsomanía con la represión sexual, y en el caso al que se refiere hay una sustitución de un impulso por otro, asociado a la sexualidad.

Freud estableció en "Tres ensayos para una teoría sexual (1905)", que la adicción remite a la fase oral del desarrollo, confirmando la existencia de una relación entre la adicción y la masturbación infantil, trabajada anteriormente.

En posteriores escritos relaciona la psicopatología de la manía y el humor con el alcoholismo y la intoxicación, estableciendo fundamentos para una comprensión más profunda de las adicciones. En "El chiste y su relación con el inconsciente (1905)" adjudica al alcohol una función desinhibitoria que apaciguaría la crítica, conectando al sujeto con el placer del disparate.

En sus "Contribuciones a la psicología del amor (1910)" Freud contrasta la relación del amante con el objeto sexual, con la del bebedor de vino con el vino. Mientras que el amante persigue una serie interminable de objetos sustitutos, ninguno de los cuales brinda entera satisfacción, el bebedor está más o menos atado a su bebida favorita y la gratificación reiterada no afecta la recurrencia de su poderoso deseo.

Los grandes amantes del alcohol describen su actitud hacia el vino como la más perfecta armonía, el modelo de un matrimonio feliz. En "Acerca del mecanismo paranoico (1911)" se refiere al papel desempeñado por el alcohol en los delirios de celos y sugiere que la bebida suprime las inhibiciones y anula el trabajo de la sublimación. Como resultado de esto la libido homosexual queda liberada y el bebedor sospecha que la mujer por quien está celoso se relaciona con todos los hombres a quienes él mismo está tentado de amar.

En 1917, en sus "Conferencias de introducción al psicoanálisis" Freud apunta que las intoxicaciones y las abstinencias producen la misma sintomatología que las neurosis actuales, con una misma propiedad de influir sobre todos los sistemas de órganos y todas las funciones.

No importa que las sustancias tóxicas sean introducidas en el cuerpo desde el exterior o que sean engendradas por su propio metabolismo: se refieren siempre a perturbaciones en el metabolismo sexual; la sexualidad es concebida aquí como un tóxico.

En su "Complemento metapsicológico de la doctrina de los sueños (1917)" compara las alucinaciones tóxicas tales como los delirios alcohólicos con la psicosis demencial. El cree que el delirio alcohólico surge cuando hay privación de alcohol, lo cual implica que es una reacción a la pérdida del alcohol sentida como intolerable. En "Duelo y melancolía (1917)" expresa que, a su modo de ver, la intoxicación alcohólica, en la medida en que consiste en un estado de elación, pertenece al grupo de los estados mentales maníacos. En la manía hay un relajamiento en el gasto de energía sobre la represión. En el alcoholismo la liberación de impulsos reprimidos se ve posibilitada por la toxina.

En su artículo sobre "El humor (1927)" Freud hace nuevamente referencia a la intoxicación. Compara el humor con la elación y sugiere que significa no sólo el triunfo del yo sino también del principio del placer. Un año más tarde en "Dostoievski y el parricidio (1928)", volverá a relacionar a la sexualidad con los procesos tóxicos. En "El malestar en la cultura (1930)" llama la atención sobre las modificaciones de las condiciones de nuestra sensibilidad por obra de la intoxicación, el método químico. Además alerta sobre el efecto del repliegue al mundo interior que provocan estas sustancias embriagadoras, como una manera de sustraerse a la presión de la realidad y refugiarse en un mundo propio que ofrece "mejores condiciones de sensación y alivio del dolor".

Liliana Barrile y Alicia Donghi

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